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Fiscalía de Michoacán ofrece recompensa de 500 mil pesos para localizar a los activistas Antonio Díaz y Ricardo Lagunes
La Fiscalía General del Estado de Michoacán y el gobierno estatal acordaron ofrecer una recompensa de 500 mil pesos a quienes proporcionen información que permita localizar a los activistas Antonio Díaz Valencia y Ricardo Arturo Lagunes Gasca, desaparecidos desde el 15 de enero.
Los activistas desaparecieron cuando iban rumbo a Colima tras acudir a una asamblea comunal en San Miguel Aquila, Michoacán. La fiscalía aseguró que tras su desaparición se han implementado recorridos en aire y tierra para su localización.
Ambos defensores tuvieron una última comunicación con sus familiares cuando realizaban labores de defensa de derechos humanos. Horas después fue localizada la camioneta en la que se transportaban, la cual presentaba impactos de arma de fuego.
Ricardo Lagunes es un abogado litigante de San Miguel Aquila, que desde 1998 se dedica a la defensa de la tierra frente a la minería.
Tiene 41 años, complexión mediana; cara redonda; tez morena clara; cabello corto, lacio, color castaño claro; ojos medianos, de iris color café claro; nariz chica de base ancha; cejas semipobladas de forma arqueada; boca mediana de labios gruesos; mentón ovalado, y orejas chicas con lóbulo separado.
Antonio Díaz es un profesor, líder indígena y defensor de 71 años. Tiene complexión delgada; cara ovalada, cabello corto, lacio, color canoso; ojos chicos; nariz mediana; cejas semipobladas de forma arqueada; mentón ovalado; boca mediana y labios medianos.
Las familias de ambos han señalado como posible responsable a la compañía minera Ternium, ante la cual Lagunes litigaba en defensa de la tierra.
La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) exigieron al gobierno mexicano redoblar esfuerzos para localizar a los defensores.
El hecho refleja la crisis de desapariciones en México, que el año pasado rebasó la cifra histórica de 100 mil personas no localizadas, y la de asesinatos, al consolidarse como uno de los países más peligrosos para activistas.
